domingo, 22 de mayo de 2016

10 CLAVEZ PARA EMPRENDER CON EXITO

Desde dar una buena primera impresión al inversor hasta formar un buen equipo. El repaso sobre 10 puntos que pueden serte útiles si estás comenzando tu negocio.

1-Proteger la idea. Ni contarla a  "La búsqueda de inversores lleva tiempo y no hay que esperar a quedarse sin «caja» para hacerlo”. Todo el mundo ni guardarla bajo siete llaves. Busquen el equilibrio para compartirla cuando sea necesario sin correr riesgos de divulgación anticipada.

2-¿Socios o amigos? Asociarse con amigos puede ser muy divertido. O un gran dolor de cabeza si no se fijan, por escrito, pautas objetivas para formar EQUIPO.


3-Cómo asignar acciones. El aporte de cada socio tiene un valor y debe medirse. No es tarea fácil pero tienen que tomarse el tiempo para que la participación se determine por valor agregado y no por pautas subjetivas.



4-Equipo. Los recursos humanos son el alma de la empresa. Invertir tiempo y dinero en captarlos, contratarlos o retenerlos tiene que ser una prioridad. La mayoría de los inversores mira más al equipo que a la idea.

5-Conocer el marco regulatorio. Es fundamental indagar qué normas reglamentan la industria en donde quieren insertarse e incorporarlas al plan de negocios. Fallar en esto puede traer mayores costos, demorar el start up o hacer naufragar el proyecto.

6-Seducir al Inversor. No hay una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión. Para visitar al inversor firmen un acuerdo de confidencialidad, elaboren un resumen ejecutivo y presenten el plan de negocios en no más de veinte minutos.

7-Cuánto pedir. La valuación del proyecto es siempre un factor de discusión, sobre todo teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos se venden proyecciones futuras. Establezcan mecanismos flexibles, ajustables contra resultados concretos, para evitar cortocircuitos en la relación con el inversor.

8-Planificar la búsqueda de inversores. Es un proceso que lleva tiempo –entre tres y ocho meses– y no hay que esperar a quedarse sin caja para hacerlo, ya que se perderá poder de negociación.

9-Atención a los impuestos. A la hora de estructurar el negocio uno de los factores que en general no se analiza con profundidad es la cuestión fiscal. Un mal cálculo en este tema puede dejarlos afuera del negocio o, en el mejor de los casos, del negocio que esperaban tener.

10-No quedarse quietos. Muchos emprendedores se vuelven locos por proteger lo que ya crearon e invierten fortunas en hacerlo. Si junto a eso no hay innovación permanente, la competencia estará cada día más cerca.






miércoles, 4 de mayo de 2016

¿SABÍAS QUÉ?


¿Sabía que el primer negocio de Bill Gates, Traf-O-Data, fue un fracaso? ¿O que antes de ser presidente, Abraham Lincoln llevó a la bancarrota una tienda? O ¿qué Henry Ford sufrió varios fracasos automotrices en sus inicios, incluyendo Detroit Automobile.Co, que inició en 1899 y cuyos autos fueron considerados de poca calidad y demasiado caros para los clientes?



Como emprendedor, es importante reconocer y entender que el fracaso es parte de un negocio. Muchos presidentes de compañías exitosas han fracasado en algunos negocios en algún momento de su carrera de emprendimiento. Pero intentarlo siempre ha estado en sus mentes.

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Un emprendedor es una persona que comienza un negocio y está dispuesta a correr el riesgo de perder por alcanzar el sueño de generar dinero. Aventurarse a crear una empresa es un riesgo, pero sin riesgo no hay recompensa. Intentarlo es el primer paso.

Uno de los consejos más importantes cuando se fracasa en un negocio es evaluar por qué se fracasó. Escriba todo lo que salió bien y todo lo que salió mal en un papel. Piense en qué puede hacer diferente la próxima vez si se encuentra en una situación similar. No hay nada de malo en cometer un error. La clave está en aprender de esos errores para no volverlos a cometer. Recoja el conocimiento que ganó con esa experiencia negativa y transfórmela en algo positivo.

La mayoría de los emprendedores exitosos han lanzado un promedio de 2.3 negocios antes de consolidar alguno. Así que no hay excusa para no seguir intentando. El único momento cuando realmente puede considerarse un fracaso es cuando renuncia y se niega a volverlo a intentar.

“Si piensas que eres muy pequeño para tener impacto, intenta dormir con un mosquito”.


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lunes, 2 de mayo de 2016

7 CONSEJOS QUE DEBES TENER EN CUENTA ANTES DE EMPRENDER

El emprendimiento resulta muy atractivo para muchos. Sin embargo, tomar la decisión de comenzar un nuevo negocio no es fácil. Hemos conocido a muchos jóvenes que llevan años planeando su proyecto de emprendimiento y no han logrado todavía dar el paso definitivo.


Y es que, en efecto, son muchos los riesgos implícitos en esta decisión. De allí la importancia de hacerlo de la forma más estratégica posible, y buscando minimizar el riesgo de quedar en una situación económica complicada y con la autoestima debilitada si los resultados no son los esperados.




 Pienso que al haber creado tantos emprendimientos, algunos pocos exitosos y muchos otros fallidos, desde la venta ilegal de brownies en mi colegio, hasta la creación de una plataforma digital para el empoderamiento de emprendedores Hispanos en los Estados Unidos, he ido sumando un conocimiento y una experiencia que puede resultarle útil al lector en su idea de crear un nuevo negocio.

 Permítame darle siete consejos que pienso pueden resultarle muy útiles si está pensando en crear su propio negocio antes de emprender.

 1- Encuentre su propósito de vida y construya su nuevo negocio alineado con el mismo

 La época en que una persona podía tener un negocio desconectado de su plan de vida es, en mi opinión, parte del pasado. Hoy en día, para tener éxito en una iniciativa privada, se requiere que la actividad principal de la empresa apasione al empresario hasta tal punto, que trabajar sea su actividad favorita.

 El mundo de los negocios es cada vez más competitivo y las actividades de comercio que requerían poco valor agregado están ya en manos de hábiles empresarios que han construido grandes barreras de entrada para proteger sus ventajas competitivas.

 Para tener éxito en un negocio hoy, se requiere estar dispuesto a hacer esfuerzos tan grandes que resulte difícil diferenciar las horas laborales de las de descanso, y para esto es determinante que el emprendimiento tengan un propósito superior, el cuál esté alineado con el propósito de vida del empresario. 

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 2- Asegúrese de ser mejor que al menos el 95% de quienes van a ser sus competidores

 Además de apasionarle lo que hace, es importante entender si usted tiene las competencias y habilidades necesarias para triunfar en el negocio que está escogiendo. Le recomiendo realizar un análisis objetivo de los recursos y capacidades que se requieren para triunfar en la industria que le llama la atención, y contrastarlo con su análisis DOFA personal. El hecho de que algo le apasione, no garantiza que pueda hacerlo mejor que los demás.

 Procure también hacer un plan de estudio y capacitación que lo mantenga actualizado y lo lleve a ser un verdadero maestro en lo que hace.

 3- Asegúrese de que exista una oportunidad en el mercado

 Es posible que le apasione una actividad y que la haga muy bien, pero si nadie está dispuesto a pagar por lo que está ofreciendo, es muy probable que su iniciativa no tenga el éxito que usted espera. Por esto es determinante hacer un análisis del mercado, de los competidores actuales, de los precios y de los costos en los que usted va a incurrir para construir su portafolio de productos.

 ¿Ve un mercado potencial amplio? ¿Cree que su oferta podría resultar atractiva a este mercado?  ¿Cada venta unitaria le generaría un margen positivo? ¿Cuántas unidades tendría que vender para sostener sus gastos de funcionamiento y dejarle una remuneración?

 De igual manera, volviendo al concepto de innovación significativa, sobre el cuál he escrito en varias de mis columnas, es importante que se haga la pregunta de si realmente lo que usted piensa ofrecer va a mejorar la experiencia de sus clientes y va a aportar en algo al bienestar de la comunidad.

 4- Consígase un mentor

 Es muy importante que se apoye en la experiencia de alguna persona que haya caminado ya por el camino del emprendimiento. La experiencia adquirida por un emprendedor puede ser invaluable para usted en este momento y le puede permitir aprender de los errores de otros, para no cometerlos usted mismo.

 De igual manera, es posible que su ferviente pasión por su idea le haga perder perspectiva y contacto con la realidad. Un buen mentor puede analizar más objetivamente muchos aspectos del negocio y hacerle las preguntas claves para que usted aterrice su idea en un proyecto que resulte viable y factible.

 5- Encuentre algo en lo que su oferta sea única y cree una promesa de valor que la respalde

 Una vez haya determinado que su idea es buena, que tiene un mercado potencial interesante y que usted es la persona idónea para aprovechar esta oportunidad, es importante que trabaje en desarrollar su promesa de valor.

 ¿En qué es su oferta diferente a la de sus competidores? ¿Por qué comprar su producto o servicio va a ser mejor que comprar alguno ya existente? ¿Cómo va a mejorar la experiencia de sus clientes?

 Esta promesa de valor debe poderse expresar en máximo 20 segundos. Debe tenerla muy clara, para que cada vez que le pregunten de qué se trata su nueva iniciativa, usted pueda responder sin ni siquiera pensarlo, y debe ser la base de su campaña de comunicación y de ventas.

 6- Minimice su riesgo

 Entiendo que el optimismo es el motor del emprendimiento. Pero piense muy bien, más con su cabeza que con su corazón, cuáles son los riesgos para usted y las personas alrededor suyo si esta iniciativa no tiene éxito. Busque hacer el salto sabiendo que tiene un colchón debajo por si la cuerda se rompe.

 ¿Puede seguir en su trabajo actual y trabajar horas extras en su nuevo emprendimiento? ¿Puede negociar para quedarse en su empleo actual trabajando medio tiempo? ¿Puede generar un ingreso alternativo seguro mientras su iniciativa arranca?

 Siempre existe la opción de buscar fondos de terceros que le permitan comenzar con más tranquilidad. Sin embargo, entienda que este tipo de socios inversionistas crean presiones adicionales, las cuales no siempre son sanas para su negocio y para su tranquilidad. Entienda y hágale entender a su inversionista que todo emprendimiento tiene altos riesgos y que existe la posibilidad de que él nunca reciba de vuelta su inversión.

 7- Salga al mercado lo más ligero posible

 En “Lean Startup”, el autor estadounidense Eric Riese habla del concepto del producto mínimo viable. Este concepto ha tenido una acogida enorme entre emprendedores y académicos, especialmente porque ayuda a los empresarios a minimizar el riesgo de entrada en un nuevo negocio. La teoría se basa en que a pesar de usted estar muy seguro de que su idea va a ser exitosa, e incluso si realiza exhaustivas investigaciones de mercado, sólo al tener contacto real con los clientes finales va a poder usted determinar si la idea tiene acogida o no entre sus compradores.

 De esta forma, la teoría dice que es determinante salir al mercado con un producto mínimo viable, así éste no esté ciento por ciento terminado, para poder recibir retroalimentación de los clientes lo más rápido posible. De esta manera, usted podrá hacer las iteraciones necesarias para afinar su oferta hasta convertirla en productos y servicios que sus clientes necesitan, desean y por los cuales están dispuestas a pagar.
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domingo, 1 de mayo de 2016

20 COSAS QUE PUEDES HACER EN 1 SEGUNDO

Un segundo puede dar para mucho si se dedica a hacer algo que tenga un gran impacto. Permíteme que te muestre 20 cosas muy sencillas, que puedes hacer en un segundo, para transformar tu vida en positivo. Ahí van…





-En un segundo puedes dejar de quejarte y enfocar tu mente en positivo.
-En un segundo puedes ofrecer una cálida sonrisa y transformar el día de alguien.
-En un segundo puedes decir “te quiero”, y no existe bálsamo más poderoso para quien lo recibe.
-En un segundo puedes decir “gracias” y dar sentido a la labor de alguien.
-En un segundo puedes reír y contagiar tu buen humor.
-En un segundo puedes decir “perdón” y hacer renacer una relación.
-En un segundo puedes recordar la mejor experiencia de tu vida y sentirte maravillosamente.
-En un segundo puedes decir “Yo puedo”, y comenzar a perseguir tus verdaderos sueños.
-En un segundo puedes tomar una “foto” mental que te sirva para no olvidar ese instante maravilloso jamás.
-En un segundo puedes dar un beso y demostrar tu amor.
-En un segundo puedes cerrar los ojos y soñar.
-En un segundo puedes tomar la decisión de levantarte si te has caído.
-En un segundo puedes comunicar tus emociones con una simple mirada.
-En un segundo puedes causar una gran primera impresión.
-En un segundo puedes tomar la decisión de empezar a alimentarte de manera saludable y terminar añadiendo literalmente décadas a tu vida.
-En un segundo puedes iniciar el proyecto más maravilloso de tu vida.
-En un segundo puedes olvidar cualquier afrenta.
-En un segundo puedes decidir implantar un hábito positivo o eliminar uno negativo.
-En un segundo puedes dejar de reaccionar y comenzar a actuar.
-En un segundo puedes sentir la más absoluta felicidad. Aquí y ahora.
¿No te parece maravilloso todo lo que puede lograrse en un simple segundo?


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sábado, 30 de abril de 2016

ELIMINA ESTOS 13 HÁBITOS Y SERÁS MÁS FELIZ

Si nuestra genética es la culpable del 50% de nuestra felicidad, ¿quién se responsabiliza de la otra mitad?



No es un secreto que todos estamos obsesionados con la felicidad. Después de todo, la búsqueda de ésta se encuentra hasta en la Declaración de Independencia de EE.UU. Pero eso sí, la felicidad es muy volátil ¿cómo podemos encontrarla y mantenerla viva?

Psicólogos de la Universidad de California han descubierto algunos datos fascinantes sobre la prosperidad que pueden cambiar tu vida.



La doctora Sonja Lyubomirsky es una profesora de psicología del campus Riverside y es conocida por ser la “reina de la felicidad”. Ella empezó a estudiar el tema desde que se graduó y jamás paró. Uno de sus más grandes descubrimientos fue que todos tenemos un punto de partida al momento de experimentar eventos extremadamente positivos o negativos, como lo es comprar una casa o perder un empleo. Éstos empiezan a disminuir o aumentar nuestro sentimiento de felicidad hasta regresar a nuestro punto de partida.

Lyubomirsky y otros investigadores han encontrado que nuestra genética es responsable de un 50% de nuestra felicidad y que las circunstancias de nuestra vida afectan un 10%. Eso quiere decir que tenemos un 40% restante, y déjame decirte que éste radica completamente en nosotros mismos.

“La felicidad depende de nosotros mismos” – Aristóteles

Aun cuando hagas algo increíble, ese sentimiento no durará para siempre, así que debes hacer algo para mantenerte contento.

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Tu felicidad, o falta de la misma tiene que ver con tus hábitos. Y bueno, sé que adoptar costumbres permanentes es difícil, pero romper las que no te hacen feliz es mucho más fácil. ¿Por qué no evita las siguientes?

1. Inmunidad de decir ¡Awh!
Cosas increíbles suceden alrededor de ti siempre. El problema es que no sabes a donde mirar. La tecnología nos ha puesto todo al alcance, por lo que ha hecho de este mundo algo mucho más pequeño –y alcanzable-.

Es una pena que con toda la información que tenemos en nuestras manos se nos pierda justo la que nos haga conmovernos

Sentir un verdadero “awh” nos hace recordar que no somos el centro del universo, y además nos inspira y llena de deseo de descubrir la riqueza de la vida y nuestra habilidad para contribuir en ella.

Realmente es muy difícil ser feliz cuando te dejas de sorprender de todo lo nuevo.

2. Alejarte de todos
Apartarte del mundo social te puede hacer sentir muy triste. Aunque no lo creas socializar es bueno para tu humor.

Entiendo. Todos tenemos de esos días en los que simplemente no queremos salir de las sábanas para no tener que hablar con nadie, pero eso no quiere decir que así tenga que ser seguido.

Reconoce que la tristeza te hace ser antisocial, necesitas forzarte para salir y conocer, notarás la diferencia.

3. Culpar a los demás
Necesitamos tener el control de nuestras vidas para ser felices, es por eso que atribuir errores va en contra de la felicidad.

Cuando responsabilizas a las demás personas o situaciones de las cosas malas que te pasan es cuando decides no tener control de tu vida y bueno, eso solo te pone en una peor situación.

4. Controlar
Sí, es difícil ser feliz no teniendo el control de tu vida, pero tampoco exageres intentando dominar todo. Especialmente con las personas ya que la única vida que puedes controlar es la tuya.

Tal vez en algún momento sentirás que lo puedes hacer con otras personas, pero no será por ninguna buena razón así que olvídalo, eso no te dejará nada bueno.

5. Criticar
Juzgar a las demás personas o hablar mal de ellas es como atragantarte de un mal postre, es decir, se siente bien mientras lo haces, pero después te sientes culpable.

Los sociópatas encuentran un placer real siendo malos, pero para el resto de nosotros, juzgar no nos dará ningún beneficio, solo creará un espiral negativo.

6. Quejarse
Haciéndolo te dañas solo a ti mismo. Si constantemente estás recordándote lo malo que es todo, reafirmarás tus pensamientos negativos. ¿Por qué no mejor platicas de lo que te molesta? Hay una línea delgada entre quejarte y sacar tus cosas. Además, si todo el tiempo te la pasas lamentándote alejarás a toda la gente.

7. Intentar impresionar a los demás
A la gente siempre le va a gustar la ropa que utilizas, tu coche o tu trabajo, pero eso no quiere decir que le gustes tú.

Intentar apantallar a los demás es una fuente de infelicidad. Lo que realmente te hace sentir pleno es rodearte de personas que te quieren por lo que eres, no por lo que tienes.

8. Ser negativo
La vida no siempre irá de la manera que esperas, pero eso sí, tienes las mismas 24 horas que todos. La gente feliz aprovecha su tiempo solucionando sus problemas y viendo para adelante.

Nada alimenta más a la infelicidad que el pesimismo. El serlo no solo dañará tu ánimo, sino que también se volverá una profecía interna que no te dejarás de repetirte. Además, lamento decirte que si esperas cosas malas, éstas te llegarán. Intenta ver las situaciones con más claridad, te darás cuenta que los hechos están lejos de ser los peores.

9. Rodearte de gente negativa
No lo hagas. Estas personas se la vivirán quejándose en lugar de buscar una solución, además, intentaran que te sientas igual para poder “identificarse” y unirte a su “tristeza”.

Una gran forma de evadir estas situaciones es preguntar: ¿y qué has hecho para solucionar el problema? De esta manera el que se está lamentándose se quedará callado o guiará la conversación a algo positivo.

Sal con personas que te inspiran, con gente que espera lo mejor de ti, ¿por qué estar con personas que te echan para abajo?

La gente que te hace sentir desvalorado o ansioso te obliga a perder el tiempo. La vida es muy corta como para asociarte con personas así.

10. Comparar tu vida con otras
Happiness Research Institute hizo un experimento basado en cómo las redes sociales afectan nuestra felicidad.

La mitad de los participantes usaban Facebook de manera “normal”, mientras que el otro grupo se alejó de esta red social una semana.

Los resultados fueron impresionantes, aquellos que dejaron de utilizar Facebook demostraron un alto nivel de satisfacción con sus vidas y niveles más bajos de tristeza y soledad. Y no solo eso, los investigadores también concluyeron que las personas que usan Facebook suelen sentirse más estresados.

Tenemos que recordar que la “vida en Facebook” está muy alejada a la realidad. Las redes sociales brindan un “color irreal” a las vidas.

11. No tener metas
Tener objetivos te da la esperanza y la habilidad de encaminarte a un mejor futuro y sentirte bien con tus habilidades. Es importante que fijes tus metas, sin éstas solo te preguntarás “¿por qué todo sigue igual?”

12. Tener miedo
El miedo no es más que una simple creación de tu imaginación. El peligro es real, pero temerle a algo es opcional.

La gente feliz sabe esto, es por eso que deciden sacarlo de su cabeza y se vuelven adictos a vencer sus miedos.

Si no te deshaces del temor lamentarás las oportunidades que no aprovechaste, que no te de miedo tomar riesgos. Siempre escucho a la gente decir: “¿qué es lo peor que te puede pasar? ¿Morirte?”

En lo personal creo que la muerte puede no ser lo peor que te suceda ya que lo más terrible que alguien puede presenciar es dejarse morir por dentro mientas está vivo.

13. No vivir el presente
Como el miedo, el pasado y el futuro son productos de tu mente. Ni cien toneladas de culpa han podido modificar el pasado, ni toda la ansiedad ha cambiado el futuro.

Es imposible alcanzar tu máximo potencial si estás en otro lugar intentando enfrentar la realidad (sea buena o mala). Para vivir el momento tienes que:

- Aceptar tu pasado. Si no haces las paces con él, éste jamás te dejará hacer tu futuro. La gente feliz sabe que el pasado sirve para saber lo lejos que has llegado.

- Acceder a que el futuro es incierto y no esperar cosas innecesarias de él. La preocupación no cabe, bien lo dijo Mark Twain:

“Preocuparse es pagar una deuda que no debes”.

No podemos controlar nuestros genes ni todas las circunstancias, pero sí podemos dejar atrás los hábitos que solo sirven para hacernos sentir miserables.

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Tomado de emtrepreneur

miércoles, 27 de abril de 2016

8 DISTRACTORES QUE AFECTAN TU PRODUCTIVIDAD

Todos buscamos tener más tiempo durante el día para hacer más cosas. No desperdicies valiosos minutos haciendo las siguientes actividades.

Como emprendedor, sabes lo valioso que es cada minuto de tu día. Todos haríamos casi cualquier cosa por tener más tiempo. A veces tu ambiente laboral y hábitos personales pueden desperdiciar minutos valiosos sin siquiera saberlo.

Aquí hay ochos distracciones comunes responsables de matar la productividad:

1. Redes sociales. La actualización del estatus de Facebook, Twitter y las fotos de Instagram es una gran forma de estar conectados con los amigos y la familia, pero también pueden absorber tiempo valioso de tu día. Nuestra cultura es adicta a las redes sociales. A menos que estés usándolas para promocionar tu negocio, puede esperar. Esas actualizaciones no se van a ir a ningún lado.

2. Celulares. No sólo las llamadas y los mensajes de texto son grandes distractores, sino que la mayoría de nosotros tenemos Facebook, Instagram, Twitter y otras aplicaciones en nuestros smartphones. Aunque poner tu celular en silencio es mejor que nada, puede vibrar en el escritorio robando tu atención y provocando que lo revises. Si de verdad quieres eliminar la distracción, apágalo o ponlo en modo de avión mientras trabajas.

3. Ambiente caótico de trabajo. Tu ambiente en la oficina puede ser un gran distractor cuando tratas de terminar un trabajo. Aunque es bueno ser accesible para tu equipo entero, es también importante tener un espacio silencioso cuando sea tiempo de hacer el trabajo. Establece una política de puerta cerrada y pon una pizarra en la puerta para que los miembros de tu equipo puedan dejarte una nota con lo que necesiten cuando esté cerrada.



4. Síndrome de revisar el email. Muchos emprendedores podrían pasar todo su día respondiendo correos. ¿Alguna vez te has encontrado constantemente actualizando tu email? Prográmalo para que se actualice cada 30 o 60 minutos. Puedes verlo rápidamente y responder a cosas urgentes, dejando lo demás para otro momento. Responder a los emails es lo primero que debes hacer en el día, hazlo de nuevo a mediodía y luego otra vez antes de que salgas de la oficina.

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5. Búsquedas en internet. Es muy fácil llegar a un sitio y pensar que vas a estar ahí máximo un minuto, pero pueden pasar hasta horas. Revisar puntajes en los deportes, leer tu blog favorito y rastrear los últimos chismes de Justin Bieber puede esperar.

6. Tomar citas no programadas. No sólo esto evitará que seas productivo en el día sino que manda el mensaje a ciertas personas que tu tiempo no es valioso. Claro que las emergencias surgen y a veces necesitas tener una cita al último minuto, pero no lo hagas un hábito.

7. "Breaks" de cigarro. En los años 70 podías prender un cigarro en la oficina pero actualmente la mayoría de los complejos han designado áreas de fumar afuera requiriendo que los fumadores tomen las escaleras o el elevador para ir por su dosis de nicotina. Un par de minutos para recoger tus cosas, otro par para salir y para fumar y luego otros para platicar. Multiplica esto con varios breaks durante el día y te dará una gran cantidad de tiempo que aprovechar para otras cosas.

8. Visitas inesperadas de amigos y familia a la oficina. Eres un emprendedor, lo que significa que tienes amigos y familia que piensan que te sientas todo el día dando órdenes mientras tomas una copa. Las visitas inesperadas te distraen y ponen un mal ejemplo.


Tomado de entrepreneur

martes, 26 de abril de 2016

5 CREENCIAS QUE TE MANTIENEN QUEBRADO

Poner tu mentalidad financiera en orden no solo sirve para comprar un coche nuevo o pagar una deuda.








El dinero es un tema muy importante para muchas personas. Pensamientos del tipo “¿Cómo voy a pagar mi hipoteca?”, “¿Algún día saldré de deudas?”, “¿Podré retirarme?” inundan la mente de casi todo el mundo.

Mientras ponderamos, preocupamos y hasta estresamos acerca del dinero, usamos mucha de nuestra capacidad mental, de tal forma que gastamos la energía que deberíamos estar destinando a la creatividad, paz, alegría, felicidad, la capacidad de resolver problemas o siquiera para sentir que tenemos el control de nuestras vidas.

Poner tu mentalidad financiera en orden no solo sirve para comprar un coche nuevo o pagar una deuda. Para muchas personas puede significar un cambio radical en su estado de salud debido a la cantidad de estrés que el dinero pone sobre sus cabezas.

Hoy quiero compartirte cinco creencias que puedes estar teniendo y que están evitando que alcances la libertad financiera que tanto anhelas:

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1. “Alguien más se hará cargo de esto por mí”
Deja de esperar a que el Príncipe Azul, tus padres, tu jefe, tu esposo /esposa o tus amigos te resuelvan la vida. Tu futuro financiero es tu responsabilidad. Cuando dejas tus decisiones económicas en las manos de otros, pagas el mínimo en tus deudas de tarjetas de crédito y te “haces el loco”, no estás planeando tu futuro. Cuanto más te sientes a esperar a que una persona mágica llegue para resolver tus problemas, más alejado y retrasado estarás de la libertad financiera.



¿Cuál es el mejor momento para empezar a cuidar de tus finanzas de manera personal y responsable? Ahora mismo.

2. “Soy mal@ para el dinero”
Únete al club. Hay muchas personas que como nosotros salieron al mundo de los adultos con poco o nulo conocimiento sobre el manejo del dinero, creación de presupuestos y planificación financiera. Probablemente no eras bueno caminando cuando diste tus primeros pasos. Seguramente no eras bueno estacionándote cuando tomaste el volante de un auto por primera vez en tu vida. Pero por eso debes tener paciencia, acercarte a maestros adecuados y practicar, practicar, practicar.

El manejo financiero no es un talento innato para nadie. Afortunadamente para nosotros, hay millones de libros, podcasts, programas de radio, cursos online, consultores, entrenadores, cursos, videos en YouTube, etcétera, que nos pueden ayudar. Puede que el tema de los presupuestos jamás sea mi favorito, pero decir “No soy buen@ con el dinero” ya no es una excusa.

3. “El dinero solo es ambición y nada espiritual”
La única manera de generar dinero es dándole su justo valor. No importa si eres el CEO de tu propia compañía o un empleado más de una gran empresa. Estás dando valor (productos / servicios) al mundo a cambio de valor (dinero). Cuanto más valor generes, más valor recibirás. No hay nada más espiritual que cultivar tus talentos y dar cosas buenas al mundo.

4. “No soy suficientemente  __________”
No soy suficientemente listo. No estoy lo suficientemente preparado. No soy suficientemente joven /viejo. Llena el espacio con la palabra que quieras. La verdad es que no importa qué excusa pongas en el espacio, seguramente podremos encontrar el caso de alguna persona que haya superado ese mismo impedimento y que haya logrado triunfar.

Solo recuerda que nadie puede valorarte tanto como tú mismo. No hay un presupuesto lo suficientemente grande para hacerte ser un gran triunfador si no crees que eres digno de serlo. Esa voz interna que te dice “No soy suficientemente __________” solo te dará una vida de mediocridad.

5. “Tenle miedo al dinero”
Hay muchas personas que temen gastar dinero para ganar dinero. Tomar decisiones basadas en el miedo a la pérdida o al fracaso nunca te llevará a la prosperidad. De hecho, las elecciones hechas por temor se robarán tu alegría de triunfar.

¿Alguna vez has tenido más miedo de perder $100 dolares que de ganar $1000? Si es así, tus decisiones de negocios se basan en el miedo y no en la prosperidad. Hay una actitud diferente entre aquellas personas que toman decisiones para alejarse de lo que les da miedo y las que lo hacen para acercarse a la prosperidad. Las elecciones basadas en el miedo te mantendrán pobre.

Tomado de emtrepreneur.com

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lunes, 25 de abril de 2016

WALTER ELIAS DISNEY







Hola.
En esta ocasión te quiero mostrar la biografía de Walter Elías Disney o mejor conocido como walt Disney en esta biografía quiero resaltar que uno de los emprendedores más famosos de toda la historia tuvo los mismos problemas que cualquier otro emprendedor tiene al empezar, solo que el tomo la decisión de sacar adelante sus sueños y anhelos y lo logro no fue fácil pero al final todo esfuerzo tiene su recompensa.
Así mismo nos sucede a nosotros de pronto no podemos cambiar ciertas cosas como cambiar de mama, papa, hijos  etc. pero de nuestro destino si somos los responsables porque al final del camino cuando mires y entiendas que podrías a ver hecho y cumplido tus objetivos y no lo hiciste es como si no hubieras vivido solo exististe pero no viviste como diría bill gates.
“si naciste pobre ese no es tu problema pero si moriste pobre ese si es tu problema”



Walter Elías Disney nació el 5 de diciembre de 1901 en Chicago, Illinois. Cuarto de los cinco hijos que tuvieron Elías y Flora Disney, su infancia transcurrió entre apuros económicos y bajo la severidad de su padre, carpintero de profesión, que probó suerte en toda clase de negocios sin que nunca consiguiera mejorar su maltrecha economía. Eternamente menospreciado por su padre, Walt creció muy unido a su madre, una antigua maestra descendiente de alemanes, y a su hermano Roy, ocho años mayor que él.

En 1906, Elías Disney decidió empezar una nueva vida en una granja cerca del pequeño pueblo de Marceline, Missouri, donde Walt descubrió la naturaleza y los animales. También entonces nació su interés por el dibujo, que compartió con su hermana pequeña, Ruth. Elías Disney hacía trabajar tan duro a sus hijos en el mantenimiento de la granja que los dos mayores, Herbert y Raymond, decidieron dejar el hogar para instalarse por su cuenta otra vez en Chicago.

Los difíciles comienzos

La precaria situación en que quedó la familia con la marcha de los dos jóvenes empeoró en el invierno de 1909, cuando el padre contrajo fiebres tifoideas y la enfermedad le obligó a vender la granja y a trasladarse a Kansas City, Missouri, donde encontró un empleo como repartidor de periódicos, tarea en la que Roy y Walt le ayudaban. Ello supuso un menor rendimiento del pequeño Walt en la escuela, donde nunca fue un alumno aventajado. Pasados un par de años, Walt, que ocasionalmente ganaba algún dinero vendiendo sus caricaturas, se matriculó en el Instituto de Arte de Kansas City, donde aprendió las primeras nociones sobre la técnica del dibujo. En aquellos años de su adolescencia descubrió el cine, un invento que le apasionó desde el primer momento.


Durante la guerra fue conductor de ambulancias

En 1917, cinco años después de que Roy Disney abandonara también el hogar paterno, Elías Disney se trasladó con su mujer y sus dos hijos pequeños de nuevo a Chicago, donde probó suerte montando una pequeña fábrica de mermelada. En la primavera de 1918, Walt, con sólo diecisiete años, falsificó su partida de nacimiento y se enroló como soldado en la Cruz Roja para combatir en la Primera Guerra Mundial. Llegó a Europa cuando ya había paz, pero estuvo destinado en Francia y Alemania hasta septiembre de 1919. Una vez licenciado, se fue a vivir con su hermano Roy a Kansas City, donde buscó empleo como dibujante.

Su sueño era convertirse en un artista del Kansas City Star, el diario que había repartido en su infancia, pero encontró trabajo como aprendiz en una agencia de publicidad, la Pesmen-Rubin Commercial Art Studio. Con un sueldo de 50 dólares al mes, en aquel empleo conoció a Ubbe Iwerks, un joven de su misma edad y excepcionalmente dotado para el dibujo, con el que entabló amistad. Cuando los dos se quedaron sin trabajo montaron su propia compañía, la Iwerks-Disney Commercial Artists. La empresa duró apenas un mes, ya que Walt prefirió aceptar un empleo seguro, aunque convenció a sus nuevos jefes para que contrataran a Iwerks. En aquel trabajo ambos aprendieron las técnicas, todavía muy rudimentarias, de la animación cinematográfica.


Disney trabajando en Laugh-O-Gram Films (1922)

Inquieto e innovador por naturaleza, Disney pidió una cámara prestada y montó un modestísimo estudio en el garaje de su casa, en el que con la ayuda de Iwerks y trabajando por las noches, produjeron su primera película de dibujos animados. El filme tuvo aceptación y consiguieron nuevos encargos hasta que Disney, que todavía no había cumplido los veintiún años de edad, convenció a Iwerks para que volvieran a probar suerte como empresarios con una compañía a la que llamaron Laugh-O-Gram Films. Con una producción basada en cuentos tradicionales, las cosas les fueron bien hasta que la quiebra de su principal cliente los arrastró también a la bancarrota.

A Hollywood

En 1923, después de INTENTAR inútilmente remontar el bache, Disney emigró a Hollywood. La floreciente industria cinematográfica había convertido a Hollywood en una tierra de promisión. Disney creyó que con su experiencia como cámara obtendría trabajo de director, pero NINGÚN estudio quiso contar con sus servicios, por lo que DECIDIÓ VOLVER a montar su propia empresa con su hermano Roy como socio. El 16 de octubre de 1923, la Disney Brothers Studio firmó su primer contrato importante, pero todavía insuficiente para hacer frente a sus dificultades financieras. Ya entonces, Walt puso de manifiesto lo que después sería una constante en su compañía: que era capaz de recurrir a cualquier estratagema para sacar el negocio adelante. En 1924, Ubbe Iwerks se unió a ellos y Walt pudo dejar de trabajar como animador para dedicarse al área para la que siempre estuvo más capacitado: la creación de personajes y argumentos y la dirección.

El 13 de julio de 1925, tres meses después de que su hermano Roy se casara, Disney contrajo matrimonio con Lillian Bounds, una joven empleada de su estudio, con la que tuvo dos hijas: Diane Marie, nacida el 18 de diciembre de 1933 cuando el matrimonio ya descartaba que pudieran tener descendencia, y Sharon Mae, a la que adoptaron en 1936. En la primavera de 1926, y después de haber tenido que cambiar de local porque la compañía crecía, los dos hermanos cambiaron el nombre de su empresa, que pasó a llamarse Walt Disney Studio. Pero el estudio sufrió un importante revés cuando su principal cliente se quedó con los derechos del conejo Oswald, un personaje creado por Disney que había protagonizado diversos cortometrajes.

El triunfo del ratón Mickey

Con la determinación de eliminar en lo sucesivo los intermediarios, Disney concibió durante un viaje en tren de Hollywood a Nueva York a Mortimer, un ratoncito rebautizado luego con el nombre de Mickey por sugerencia de su esposa y al que Iwerks dio forma. Así lo contó Disney, pero, en realidad, la paternidad de Mickey Mouse ha sido siempre motivo de polémica, y actualmente tiende a atribuirse el propio Iwerks. En octubre de 1928, cuando Disney buscaba distribuidor para las dos películas que había producido con Mickey Mouse como protagonista, se proyectó el primer filme del cine sonoro. Adelantándose a otros productores que creyeron pasajera aquella innovación, Walt se apresuró a incorporar el sonido a una tercera película de Mickey, Willie en el barco de vapor (1928). Buen imitador de voces y acentos, Disney hizo que el ratoncillo y su novia, Minnie, hablaran con su propia voz para abaratar costes. La película, estrenada el 18 de noviembre de 1928 en un teatro de Nueva York, obtuvo un rotundo éxito de público y crítica.


Fotograma de Willie en el barco de vapor (1928)

En 1929, con su excepcional sexto sentido para los negocios, autorizó que varias compañías reprodujeran en sus productos la imagen de Mickey Mouse, al que incorporaron guantes y zapatos blancos para evitar que manos y pies desaparecieran sobre fondos oscuros. El 13 de enero de 1930 empezó a publicarse una viñeta del popular personaje (con Disney como guionista e Iwerks como dibujante) en varios periódicos de Estados Unidos, y ese mismo año se editó un libro de dibujos de Mickey que fue reeditado en numerosas ocasiones.

Adicto al trabajo, para el que robaba muchas horas de sueño, Disney tuvo una seria crisis de salud que le obligó, a finales de 1931 y cuando el club de Mickey Mouse ya tenía un millón de miembros, a tomarse unas largas vacaciones con su esposa. De vuelta a Hollywood, se apuntó a un club deportivo donde practicaba boxeo, calistenia, lucha libre y golf. Poco después descubrió la hípica y, finalmente, el polo, del que fue un fanático durante el resto de su vida. Una afición que cultivó con tanta pasión como su fascinación por los trenes y las miniaturas.

En noviembre de aquel año, el estudio Disney se convirtió en el primero que tuvo su propia escuela de dibujantes y animadores.

Un año más tarde, el 27 de mayo de 1933, estrenó la sinfonía tonta que hacía el número treinta y seis y que iba a tener un éxito inesperado: Los tres cerditos. Sin pretenderlo, su famosísima canción ¿Quién teme al lobo feroz? se convirtió en un canto de esperanza para millones de norteamericanos que intentaban no ser devorados en la vida real por la Gran Depresión. En 1934, cuando su estudio contaba con 187 personas, nació el pato Donald, un personaje de carácter irascible y perverso, que vino a sumarse a los perros Pluto y Goofy.

Los largometrajes

Cuando ya se había hecho un nombre en la industria de Hollywood, Walt Disney emprendió una iniciativa arriesgada y sin precedentes: producir el primer largometraje de dibujos animados de la historia del cine. Blanca nieves y los siete enanitos (1937) demostró no sólo que Disney y su equipo eran unos virtuosos de la animación, sino que los dibujos animados podían ser todo un género cinematográfico. La película recaudó cuatro millones de dólares, todo un récord para la época, pero dejó endeudado a Disney hasta 1961 por culpa de la amortización de los créditos que tuvo que pedir, ya que el presupuesto inicial de 500.000 dólares de la película había acabado triplicándose.


La década de los cuarenta fue un período de gran actividad en la Disney, caracterizado tanto por la consolidación del estilo iniciado con Blanca nieves y los siete enanitos como por la contradicción que Walt sentía entre su tendencia artística a la innovación y al riesgo y la necesidad de atender a un mercado nada dado a las novedades y los experimentos. Reflejo de ello fue la tibia respuesta del público a las siguientes películas salidas de su «factoría» de sueños. Pinocho (1940), considerada como una de las piezas maestras del cine de animación por los críticos y en la que se invirtieron 2.600.000 dólares, fue un desastre comercial.

Lo mismo sucedió con Fantasía (1940), que costó 2.300.000 dólares. En ella dibujantes y animadores combinaron las evoluciones de los personajes de dibujos animados con la música de Stravinski, Dukas, Beethoven, Ravel, Bach o Chaikowski. Considerada una obra maestra por unos y una insultante caricatura de la música clásica por otros, Fantasía no fue la «obra total» que Walt Disney había imaginado y deseado. Estos fracasos comerciales abrieron una importante brecha económica en la empresa, paliada poco después por los éxitos consecutivos de Dumbo (1941) y Bambi (1942).


Walt Disney en 1941

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, en la que Disney había accedido a filmar para el gobierno estadounidense películas propagandísticas, dejó la presidencia de su compañía, cediéndole el cargo a su hermano Roy, pero sólo mantuvo unos meses aquella decisión y a finales de 1945 volvió a ocupar el sillón presidencial. Nada más volver, despidió a más de 400 empleados, asegurando que la empresa pasaba por una crisis y tenía que cumplir el acuerdo concertado con la Screen Cartoonists Guild de conceder el aumento salarial del 25% a los dibujantes.


En agosto de 1948 hizo un viaje con su hija Sharon para filmar imágenes en Alaska, y con el material realizó la serie de cortos titulados Aventuras de la vida real. Su hermano Roy se opuso al proyecto (para entonces estaban ya tan distanciados que sólo se veían después de pedir cita a sus respectivas secretarias) y auguró un incierto destino a este tipo de documentales. Se equivocó, ya que el primero de ellos, titulado La isla de las focas (1948), no sólo resultó rentable, sino que fue premiado con un Oscar en la categoría de cortometrajes.

Prácticamente finalizada la década de los cuarenta, Disney recibió una interesante propuesta de Howard Hughes: un crédito sin intereses de un millón de dólares a cambio de su ayuda en un terreno (el sector cinematográfico) que el multimillonario tejano no conocía y en el que quería invertir. Con aquel dinero, Disney puso en marcha 18 nuevos proyectos, entre ellos Cenicienta (1950), Alicia en el país de las maravillas (1951) y Peter Pan (1953). Tras una costosísima incursión en el cine futurista con 20.000 leguas de viaje submarino (1954), volvió a proyectos más baratos y que sintonizaran con el orgullo de ser norteamericano. Para entonces, su compañía ya no era la reina de los dibujos animados. La Warner Brothers empezaba a hacerle una seria competencia con la estrella de su serie Looney Tunes, Bugs Bunny. Aquel conejo era el contrapunto del cándido, apolítico y asexuado Mickey Mouse, que a principios de los años cincuenta vivió sus momentos más bajos de popularidad, aunque siguió siendo el personaje preferido de Disney y el emblema de su imperio.

Disneylandia

En 1953, después de ganar un nuevo Oscar al mejor documental con El desierto viviente, inició conversaciones con la cadena televisiva ABC para ceder la emisión de sus películas al nuevo invento. A diferencia de otros productores de Hollywood, que la consideraban una amenaza, Disney creyó que la televisión era un excelente medio de difundir sus productos. Un año después inició la realización de filmes específicamente para televisión, la parte de su producción artística más denostada por los críticos. Críticas que también le lloverían años después con Mary Poppins (1964), su primer largometraje con sólo actores reales. Pero a Disney no le importaron, porque esas películas le daban el dinero que necesitaba para hacer realidad un proyecto que acariciaba desde hacía tiempo: construir un enorme parque de atracciones basado en sus personajes.


Disney y Von Braun (1954)

Adicto al trabajo y perfeccionista, el productor cinematográfico diseñó hasta el último detalle de Disneyland, que abrió sus puertas el 17 de julio de 1955 en Anaheim, California. Este parque, con una extensión de 120 hectáreas, costó 17 millones de dólares, y Main Street USA, su calle principal por donde transitaban cientos de actores disfrazados de personajes, recreaba a la perfección la calle mayor de Marceline, el pueblo donde vivió su infancia Disney, que aquel verano de 1955 ya era abuelo del primero de los diez nietos que tuvo.

Multimillonario y galardonado con veintinueve Oscars, en la década de los sesenta se había consolidado como uno de los personajes más conocidos y queridos de todo el mundo, pero su salud flaqueaba, y todo su imperio entró en una lucha por la sucesión. Fumador empedernido y aficionado al alcohol, murió el 15 de diciembre de 1966 en Los Ángeles, California, víctima de un cáncer de pulmón, después de haber supervisado los esbozos de Disney World, parque temático al estilo de Disneyland pero más enfocado hacia los adultos, que abriría sus puertas en 1971 en Orlando, Florida (en 1983, la compañía inauguró en Japón el Tokio Disneyland y en 1992 abrió sus puertas el Euro Disney de París).


El «Mago de Burbank» había fallecido sin llegar a ver terminado El libro de la selva (1967), la segunda película más comercial de Disney desde los tiempos de Blancanieves y que dirigió Wolfgang Reitherman, quien asumió la producción de los largos de animación disneyanos hasta 1981. Después de años de mucha producción y pocos éxitos destacables, los estudios Disney volvieron a ser los reyes del género de dibujos animados con La bella y la bestia (1991), Aladdin (1992) y El Rey León (1994). Con el fallecimiento de Disney, entraba en la leyenda uno de los nombres fundamentales de la cultura popular del siglo XX. Con variada fortuna, tratarían de sustituirle figuras tan dispares como su hermano Roy O. Disney, su sobrino Roy E. Disney y su yerno Ron Miller. Pero sólo el productor ejecutivo Michael Eisner demostró ser un digno sucesor suyo.

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