Si
nuestra genética es la culpable del 50% de nuestra felicidad, ¿quién se
responsabiliza de la otra mitad?
No es un secreto que todos estamos obsesionados
con la felicidad. Después de todo, la búsqueda de ésta se encuentra hasta en la
Declaración de Independencia de EE.UU. Pero eso sí, la felicidad es muy volátil
¿cómo podemos encontrarla y mantenerla viva?
Psicólogos de la Universidad de California han
descubierto algunos datos fascinantes sobre la prosperidad que pueden cambiar
tu vida.
La doctora Sonja Lyubomirsky es una profesora de
psicología del campus Riverside y es conocida por ser la “reina de la felicidad”.
Ella empezó a estudiar el tema desde que se graduó y jamás paró. Uno de sus más
grandes descubrimientos fue que todos tenemos un punto de partida al momento de
experimentar eventos extremadamente positivos o negativos, como lo es comprar
una casa o perder un empleo. Éstos empiezan a disminuir o aumentar nuestro
sentimiento de felicidad hasta regresar a nuestro punto de partida.
Lyubomirsky y otros investigadores han
encontrado que nuestra genética es responsable de un 50% de nuestra felicidad y
que las circunstancias de nuestra vida afectan un 10%. Eso quiere decir que
tenemos un 40% restante, y déjame decirte que éste radica completamente en
nosotros mismos.
“La felicidad depende de nosotros mismos” –
Aristóteles
Aun cuando hagas algo increíble, ese sentimiento
no durará para siempre, así que debes hacer algo para mantenerte contento.
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Tu felicidad, o falta de la misma tiene que ver
con tus hábitos. Y bueno, sé que adoptar costumbres permanentes es difícil,
pero romper las que no te hacen feliz es mucho más fácil. ¿Por qué no evita las
siguientes?
1. Inmunidad de decir ¡Awh!
Cosas increíbles suceden alrededor de ti
siempre. El problema es que no sabes a donde mirar. La tecnología nos ha puesto
todo al alcance, por lo que ha hecho de este mundo algo mucho más pequeño –y
alcanzable-.
Es una pena que con toda la información que
tenemos en nuestras manos se nos pierda justo la que nos haga conmovernos
Sentir un verdadero “awh” nos hace recordar que
no somos el centro del universo, y además nos inspira y llena de deseo de
descubrir la riqueza de la vida y nuestra habilidad para contribuir en ella.
Realmente es muy difícil ser feliz cuando te
dejas de sorprender de todo lo nuevo.
2. Alejarte de todos
Apartarte del mundo social te puede hacer sentir
muy triste. Aunque no lo creas socializar es bueno para tu humor.
Entiendo. Todos tenemos de esos días en los que
simplemente no queremos salir de las sábanas para no tener que hablar con
nadie, pero eso no quiere decir que así tenga que ser seguido.
Reconoce que la tristeza te hace ser antisocial,
necesitas forzarte para salir y conocer, notarás la diferencia.
3. Culpar a los demás
Necesitamos tener el control de nuestras vidas
para ser felices, es por eso que atribuir errores va en contra de la felicidad.
Cuando responsabilizas a las demás personas o
situaciones de las cosas malas que te pasan es cuando decides no tener control
de tu vida y bueno, eso solo te pone en una peor situación.
4. Controlar
Sí, es difícil ser feliz no teniendo el control
de tu vida, pero tampoco exageres intentando dominar todo. Especialmente con
las personas ya que la única vida que puedes controlar es la tuya.
Tal vez en algún momento sentirás que lo puedes
hacer con otras personas, pero no será por ninguna buena razón así que
olvídalo, eso no te dejará nada bueno.
5. Criticar
Juzgar a las demás personas o hablar mal de
ellas es como atragantarte de un mal postre, es decir, se siente bien mientras
lo haces, pero después te sientes culpable.
Los sociópatas encuentran un placer real siendo
malos, pero para el resto de nosotros, juzgar no nos dará ningún beneficio,
solo creará un espiral negativo.
6. Quejarse
Haciéndolo te dañas solo a ti mismo. Si
constantemente estás recordándote lo malo que es todo, reafirmarás tus pensamientos
negativos. ¿Por qué no mejor platicas de lo que te molesta? Hay una línea
delgada entre quejarte y sacar tus cosas. Además, si todo el tiempo te la pasas
lamentándote alejarás a toda la gente.
7. Intentar impresionar a los demás
A la gente siempre le va a gustar la ropa que
utilizas, tu coche o tu trabajo, pero eso no quiere decir que le gustes tú.
Intentar apantallar a los demás es una fuente de
infelicidad. Lo que realmente te hace sentir pleno es rodearte de personas que
te quieren por lo que eres, no por lo que tienes.
8. Ser negativo
La vida no siempre irá de la manera que esperas,
pero eso sí, tienes las mismas 24 horas que todos. La gente feliz aprovecha su
tiempo solucionando sus problemas y viendo para adelante.
Nada alimenta más a la infelicidad que el
pesimismo. El serlo no solo dañará tu ánimo, sino que también se volverá una
profecía interna que no te dejarás de repetirte. Además, lamento decirte que si
esperas cosas malas, éstas te llegarán. Intenta ver las situaciones con más claridad,
te darás cuenta que los hechos están lejos de ser los peores.
9. Rodearte de gente negativa
No lo hagas. Estas personas se la vivirán
quejándose en lugar de buscar una solución, además, intentaran que te sientas
igual para poder “identificarse” y unirte a su “tristeza”.
Una gran forma de evadir estas situaciones es
preguntar: ¿y qué has hecho para solucionar el problema? De esta manera el que
se está lamentándose se quedará callado o guiará la conversación a algo
positivo.
Sal con personas que te inspiran, con gente que
espera lo mejor de ti, ¿por qué estar con personas que te echan para abajo?
La gente que te hace sentir desvalorado o
ansioso te obliga a perder el tiempo. La vida es muy corta como para asociarte
con personas así.
10. Comparar tu vida con otras
Happiness Research Institute hizo un experimento
basado en cómo las redes sociales afectan nuestra felicidad.
La mitad de los participantes usaban Facebook de
manera “normal”, mientras que el otro grupo se alejó de esta red social una
semana.
Los resultados fueron impresionantes, aquellos
que dejaron de utilizar Facebook demostraron un alto nivel de satisfacción con
sus vidas y niveles más bajos de tristeza y soledad. Y no solo eso, los
investigadores también concluyeron que las personas que usan Facebook suelen
sentirse más estresados.
Tenemos que recordar que la “vida en Facebook”
está muy alejada a la realidad. Las redes sociales brindan un “color irreal” a
las vidas.
11. No tener metas
Tener objetivos te da la esperanza y la
habilidad de encaminarte a un mejor futuro y sentirte bien con tus habilidades.
Es importante que fijes tus metas, sin éstas solo te preguntarás “¿por qué todo
sigue igual?”
12. Tener miedo
El miedo no es más que una simple creación de tu
imaginación. El peligro es real, pero temerle a algo es opcional.
La gente feliz sabe esto, es por eso que deciden
sacarlo de su cabeza y se vuelven adictos a vencer sus miedos.
Si no te deshaces del temor lamentarás las
oportunidades que no aprovechaste, que no te de miedo tomar riesgos. Siempre
escucho a la gente decir: “¿qué es lo peor que te puede pasar? ¿Morirte?”
En lo personal creo que la muerte puede no ser
lo peor que te suceda ya que lo más terrible que alguien puede presenciar es
dejarse morir por dentro mientas está vivo.
13. No vivir el presente
Como el miedo, el pasado y el futuro son
productos de tu mente. Ni cien toneladas de culpa han podido modificar el
pasado, ni toda la ansiedad ha cambiado el futuro.
Es imposible alcanzar tu máximo potencial si
estás en otro lugar intentando enfrentar la realidad (sea buena o mala). Para
vivir el momento tienes que:
- Aceptar tu pasado. Si no haces las paces con
él, éste jamás te dejará hacer tu futuro. La gente feliz sabe que el pasado
sirve para saber lo lejos que has llegado.
- Acceder a que el futuro es incierto y no
esperar cosas innecesarias de él. La preocupación no cabe, bien lo dijo Mark
Twain:
“Preocuparse es pagar una deuda que no debes”.
No podemos controlar nuestros genes ni todas las
circunstancias, pero sí podemos dejar atrás los hábitos que solo sirven para
hacernos sentir miserables.
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Tomado de emtrepreneur